Nuevo mundo, nuevos clientes

Por el Arq. Gustavo Di Costa
Editor de Revista ENTREPLANOS

 

Sabemos que el nuevo cliente ama lo customizado, productos realizados especialmente para ellos, los cuales les despierten sensaciones de singularidad. Para brindar una oferta acorde con dicha demanda, es importante dejar de pensar en espacios. Debemos interpretar las emociones de las cuales un espacio es responsable. Por ejemplo, la cocina. ¿Cómo crear una cocina auténtica? ¿Qué elementos de diseño busca reflejar mi cliente? En una cocina Millennial, no se juzga el materialismo de sus acabados e instrumentos, sino la personalidad de sus recetas. Entonces, allí deben acentuarse los espacios personales. La personalidad debe destacarse por encima de lo esperado. No es una búsqueda de lo más costoso, sino de lo único y auténtico. Debemos observar con cuidado cuáles son las emociones que impulsan un espacio para cada cliente. Una vez identificadas, debemos llevarlas a nuevas proporciones. La arquitectura Millennial consiste en maximizar, exaltar y acentuar esos momentos emocionales.

Por otra parte, para un mayor entendimiento de la demanda y una elevada personalización del producto, es necesario comprender que existen tres dimensiones puntuales de entendimiento de la vivienda, diferentes para cada cliente, pero que responden puntualmente a sus necesidades, y combinados, conformarán la “psique del cliente” y sus deseos de un hogar. Estos tres ejes son:

 

Funcional: Implica la capacidad que tendrá el inmueble para resolver las tareas cotidianas. Cada actividad en la vida del cliente se analizará en el contexto de uno o más espacios.

Organizativa: El hogar es, en cierta forma, un museo personal. Constituye un espacio físico donde se coleccionan toda clase de pertenencias, desde las más banales hasta las más valiosas. En la dimensión organizativa, la importancia del inmueble pasa por convertirse en ese centro de acumulación de riqueza emocional y material, y contar con espacio para ello.

Social: La casa también es un lugar de ocasiones especiales. Allí suceden algunos de los eventos más importantes para una familia y, por lo tanto, conforma un escenario social. A esta dimensión vale sumarle la importancia de los espacios como postales atractivas para las redes sociales digitales. Actualmente, vernos bien ante el mundo es más necesario que nunca.

 

En términos de diseño y propuesta de valor al cliente, debemos asegurarnos que la oferta se ajuste a los avances de este nuevo mundo, no sólo sociales, sino también, tecnológicos. Para ello, es necesario tener en cuenta tres aspectos fundamentales de la nueva arquitectura:

 

  • Vemos cada momento del día como una experiencia especial, que despierte emociones (mucho de lo que necesitan los millenials).
  • Es necesario proponer espacios capaces de adaptarse muy fácilmente a los avances tecnológicos que aún no llegaron pero que pueden ser necesarios y provechosos para los proyectos, cuidando el capital del cliente, para permitirle reacondicionar su hogar sin necesidad de grandes inversiones en cambios estructurales. Un ejemplo sería dejar disponibilidad para carga de autos eléctricos, o bien, para instalar paneles solares, que más allá de conformar un sistema del presente, no es una cuestión considerada actualmente a la hora de diseñar una casa, debido a que su amortización actual no lo justifica.
  • Vale incluir tecnologías existentes que permitan la interacción diaria del hogar con nuestros clientes y le faciliten la vida. Domótica y automatización, cómo controles remotos con apps personalizadas, o bien, apalancándose en plataformas existentes como Apple o GoogleHome.
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Alejandra



Auspician Entreplanos




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