Diez ventanas y una casa

El proyecto se localiza en el Barrio de Palermo Viejo en la ciudad de Buenos Aires (Argentina). Este sector de la urbe ha sufrido en las últimas décadas un proceso de gentrificación e intensa transformación en sus usos, cambiando su histórico carácter residencial para convertirse en un polo comercial y cultural, manteniendo relativamente su escala de baja densidad. Este cambio, ligado a una ocupación especifica en torno al diseño, el arte y la gastronomía, alteró las formas de ocupación del espacio público, convirtiendo al barrio en un atractor turístico. La actividad comercial intensificó la ocupación del perímetro de la manzana, volcando los usos terciarios hacia la calle, excluyendo el carácter residencial hacia el interior de la manzana o por encima de las plantas bajas. Detalles de esta reflexión de los profesionales del Estudio Alonso & Crippa.

 

El Estudio Alonso & Crippa recibió el encargo para rehabilitar una vivienda en PH, convite el cual  se presenta como una oportunidad de explorar el habitar, alejado de las relaciones con la calle y en contacto con otro paisaje, dominado por el cielo, algunos árboles añejos y los signos de ocupación del centro de manzana porteño: Construcciones muy profundas, cubiertas no transitables, terrazas de servicio y algunos jardines domésticos.

La propiedad había acumulado múltiples transformaciones a lo largo del tiempo, dejando pocas huellas de la construcción original. Por encima de la planta baja se habían agregado nuevas habitaciones, el patio original estaba cubierto dejando condiciones de luz y ventilación deficientes, una organización intrincada y una circulación vertical desarticulada.

En ese contexto, el trabajo no se trató de ampliar la superficie, sino de despejar y redefinir las conexiones entre los espacios existentes a través de la incorporación de una nueva escalera, como un dispositivo para captar luz y enmarcar el paisaje.

La casa se organiza en tres niveles, distribuyendo espacios exteriores de distintas escalas. En planta baja, el patio de acceso funciona como expansión del estar, mientras en el primer piso se dispone una terraza íntima en relación al dormitorio, y una terraza de mayor extensión en el segundo piso funciona como estar al aire libre, con el paisaje urbano de fondo.

Se trabajó con una paleta muy reducida de materiales, priorizando la continuidad de los paramentos blancos para multiplicar el efecto de reflexión de la luz natural. La envolvente se comporta como una superficie plegada, aumentando el perímetro del volumen interior y concentrando los vanos en las aristas, evidenciando así sus articulaciones.

El trabajo sobre la envolvente permitió repensar la dialéctica entre fachada y vista, entendiendo a la misma desde su interpretación clásica como la dimensión simbólica del límite hacia/desde el exterior, imponiendo sus lógicas de composición geométrica (proporción, simetrías, ritmos, etc.) por sobre la organización espacial interior.

Por otro lado, el uso de la palabra vista en nuestro medio (alzado o elevación en otras latitudes) observa una reversibilidad en su interpretación, sin jerarquías entre el exterior y el interior, poniendo el énfasis en la percepción a través de la mirada.

Desarrollando en el proyecto este ejercicio dialéctico con el uso de la perspectiva (mirar a través) se definen sus lógicas sin jerarquías a priori entre ambas situaciones (interior-exterior). Asumiendo esa tensión, el proyecto resuelve sus cualidades geométricas y materiales: Su medida, proporciones de las partes, acabados superficiales, etc.

 

El desarrollo de la envolvente organiza una serie de 10 vanos, los cuales resuelven en cada caso específico, problemas de iluminación, ventilación y conexión física o visual. A pesar de la reducida superficie, la disposición de los citados vanos permite obtener perspectivas profundas y recuperar una percepción enmarcada del exterior desde todos los espacios.

El nuevo volumen de la escalera se apoya sobre una medianera vecina de gran altura, reduciendo su impacto sobre el patio y definiendo la nueva envolvente de la casa. Los vanos se disponen estratégicamente para enmarcar vistas en relación al recorrido ascendente, captando luz de diferentes orientaciones y evidenciando el transcurrir del tiempo.

En la planta baja se recuperó el patio original, responsable de funcionar como acceso a la vivienda y vínculo de sus ambientes adyacentes con el exterior. Se adintelaron los muros de carga existentes, maximizando la superficie transparente y mejorando las condiciones lumínicas en ese nivel y la conexión con el patio.

Un pequeño hueco cenital atraviesa verticalmente el volumen de la casa y capta la luz dura del mediodía, deslizándose suavemente por los muros que lo confinan, llevando su reverberación a los puntos más profundos de la planta, al tiempo de conectar espacialmente todos los niveles de la casa. Un vano conecta el dormitorio con la terraza en el primer piso. Allí se coloca un dispositivo móvil el cual funciona como un filtro lumínico y visual, brindando protección al uso más íntimo.

En la terraza del nivel superior, una estructura que cubre la mitad de su superficie sobre la cual se tensa una tela vinílica perforada, produce un tendido de sombra capaz de mejorar las cualidades atmosféricas del lugar, reduciendo la ganancia térmica en la temporada estival. Esta superficie semicubierta transforma la escala y define una perspectiva hacia el paisaje, enmarcando el horizonte.

 

Ficha Técnica:

Obra: PH Thames.

Ubicación Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

Autores: Estudio Alonso & Crippa. Mariano Alonso y Ludmila Crippa.

Equipo: Pablo Galicer, Agustín Azar, Joaquín Berdes, Naomi Garay, Génesis Pestana, Alice Volpi y Giulia Brena.

Superficie total: 110 m2.

Fotografía: Javier Agustín Rojas.

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Alejandra



Auspician Entreplanos




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