Capacitarse

Los temas motivo de la capacitación son múltiples, y no se deberían limitar al buen manejo de una herramienta determinada, sino que el aprendizaje debe trascender a temáticas teóricas, las cuales fácilmente son llevadas a diario (a veces incluso ignorándose) a la práctica más elemental.

Capacitarse implica crecer profesionalmente.

Resulta absolutamente imprescindible que la mano de obra logre capacitarse. En tanto la misma perfeccione su acervo técnico, más crecerá en niveles óptimos la empresa en cuanto a su nivel de productividad. Dentro de una organización dedicada a la materialización de diferentes obras, sea esta pequeña o mediana, su plantel de trabajadores desarrolla una múltiple carga de trabajos, y cada uno de ellos resultan de dificultoso reemplazo.

Por ello, su capacitación debe llevarse a cabo aun invirtiendo tiempo de descanso del capacitado.

Una empresa constructora no es comparable con otras empresas, y únicamente a partir de un fuerte compromiso en cuanto a costos, tiempo y calidad, podrá aumentar la venta y comercialización de los servicios ofrecidos. Entre los gastos de capacitación podemos enumerar: Cursos a oficiales y ayudantes, prácticas de obra, etc.

Actualmente, los temas relacionados con la conciencia medioambiental de nuestras construcciones se han transformado en tópicos sumamente sensibles, aspecto absolutamente comprensible dado la finitud de las energías convencionales empleadas para calefaccionar y refrigerar las obras que nos alojan cotidianamente.

Condensación superficial e intersticial, no cumplimiento del coeficiente “K” del cerramiento, puentes térmicos, etc., forman parte de las patologías detectadas a menudo.

De más está decir el daño que sufren desde su raíz estas construcciones, condenando a sus ocupantes a padecer disconfort, a invertir grandes sumas en el acondicionamiento térmico de los distintos ambientes, sumando involuntariamente su granito de arena al calentamiento global y el consecuente cambio climático.

El acelerado y constante avance tecnológico que experimentamos día tras día, se muestra más acentuado en la segunda década del siglo XXI, e influirá inevitablemente sobre la cultura empresarial.

Por todo lo enunciado, es indispensable que el profesional presente la preparación y capacidad necesarias para revisar los procedimientos operativos y de control de calidad con una nueva mentalidad y un original enfoque de su trabajo.

De esta forma, se convertirá en líder de los cambios, adelantándose a éstos de acuerdo con su formación profesional, respetando las más altas normas de conducta y ética al difundir sus conocimientos y demostrar presencia, dinamismo, participación y respeto.

Por el Arq. Gustavo Di Costa

Editor de Revista ENTREPLANOS

Comentarios

Entreplanos



Auspician Entreplanos




Newsletter







Comentarios