Por: Arquima Construcción
En muchas ocasiones el ambiente interior de nuestras viviendas puede llegar a ser muy tóxico debido a la presencia de pinturas acrílicas, plásticos, radiaciones electrónicas, falta de ventilación, etc. Desgraciadamente, la realidad es que en la gran mayoría de edificios de nueva construcción o de reciente reforma en nuestro país no se han seguido criterios y pautas que optimicen la calidad de los hogares.
Nuestra vivienda debería ser algo más que un lugar que nos ofrece cobijo y nos resguarde de las inclemencias climáticas. Como decía el poeta Gibran Khalil Gibran: “tu casa es tu cuerpo más grande”. Una casa debe ser un espacio personal que potencie la salud y nuestro bienestar físico y psíquico en un marco de salud global. Un hogar saludable es aquel que no tiene efectos negativos para la salud de sus habitantes ni para el medio ambiente. Un espacio de vida que nos aporte confort, relajación y que nos ayude a realizar la reconexión y regeneración diaria a nuestro cuerpo y a nuestra mente.
La realidad es que pasamos el 90% del día en espacios interiores, es donde desarrollamos la mayor parte de nuestra actividad y nuestra vida. Así pues, de la misma manera que hacemos con la alimentación, hemos de buscar la honestidad de los materiales más naturales, más puros; de los espacios más diáfanos, más luminosos y mejor ventilados.
Dar al ambiente interior la importancia que se merece
La elección consciente de los materiales más sanos y sostenibles y la búsqueda del aire interior más limpio puede ser capaz de mejorar nuestra salud y la salud del planeta, por ello toca dar a los materiales y al ambiente interior la importancia que se merece y utilizarlos en nuestro beneficio.
Entrando más en detalle, en los espacios cerrados los niveles de contaminación pueden ser de 5 a 10 veces mayores que en los espacios exteriores. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma que la exposición a la polución diaria viene en su mayor parte de la inhalación del aire interior.
Dentro del interior de viviendas y lugares de trabajo se pueden encontrar más de 900 compuestos químicos. La mayoría de estos compuestos se conocen como Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), presentes en muchos materiales, sólidos o líquidos, los cuales debido a su elevada volatilidad se evaporan a temperatura ambiente, incorporándose al aire que respiramos en el interior.
Los más destacados son los formaldehídos, acetaldehídos, bencenos, estirenos, toluenos y tricloroetilenos. Los principales focos de emisiones de COV son los tableros aglomeradoss y contrachapados, pinturas y lacas, tintes y barnices para la madera, espumas de relleno, tapicerías, productos de limpieza y de higiene familiar.
Ya se ha determinado que al menos un 25% de estas formulaciones son cancerígenas o disruptores endocrinos –es decir, que alteran el equilibrio hormonal del organismo–. A corto plazo, la exposición puede causar a las personas especialmente sensibles irritación ocular y de las vías respiratorias, mareos, reacciones alérgicas y fatiga, entre otras manifestaciones.
En el estudio más reciente sobre la Global Burden of Disease (investigación global sobre la mortalidad y discapacidad derivada de enfermedades graves, lesiones y factores de riesgo) la contaminación en los hogares fue calificada como la décima causa más importante de enfermedad para la población mundial.
Por ello la calidad del aire interior es un factor que la compañía especializada en construcción pasiva industrializada Arquima tiene en cuenta para el diseño de nuevos edificios, siendo tan importante como la eficiencia energética, el ahorro del agua y la sostenibilidad global de edificio.
Elección de materiales
Eligiendo los materiales con menos químicos dañinos en su composición se pueden reducir drásticamente los contaminantes a los que estará expuesto el ocupante de ese espacio. Esto es especialmente importante en ambientes donde habitan personas con mayor sensibilidad química como las personas mayores o personas con enfermedades crónicas o en pleno desarrollo como son los niños pequeños y los bebés.
Es primordial el uso de aislamientos naturales a base de fibra de madera, celulosa o corcho, productos transpirables, reciclables y biodegradables, cuya energía consumida durante su fabricación es muy baja y que no contengan elementos procedentes del petróleo. Materiales sanos y que no provocan irritaciones cutáneas y respiratorias.
También es importante el uso de pinturas minerales, basadas en silicatos, en arcilla o cal, cuyas propiedades son excelentes desde un punto de vista biológico y saludable. Estas pinturas tienen mayor durabilidad, no permiten la proliferación de hongos, regulan la humedad relativa del ambiente, son antiestáticas, absorben malos olores, son ecológicas y, sobre todo, no liberan ningún compuesto orgánico volátil al ambiente durante su vida útil.
El objetivo de una mejor calidad del ambiente interior debería convertirse en un aspecto indispensable e innegociable. No sólo los arquitectos o diseñadores podemos influir positiva o negativamente en la eficiencia energética o en el aire que se respira en el interior de los edificios que diseñamos, cada uno de nosotros tomamos decisiones a diario que tienen que ver con nuestra salud.
Nuestro equipo es consciente del problema que suponen los interiores mal ventilados y compuestos por materiales tóxicos, por eso construye hogares saludables en los que el bienestar de las personas es prioritario y lo hace a través de materiales naturales sin transformar, presentes en la naturaleza y que forman parte de nuestra tradición, por sus cualidades biológicas y por su inocuidad ambiental.
Elegimos la madera como material base en todos nuestros proyectos ya que posee propiedades higroscópicas, es decir, actúa como un regulador natural de la humedad ambiente aumentando la salud y el confort de los usuarios manteniendo interiores higiénicos a lo largo de todo el año. Además, la madera es un material natural presente en nuestro entorno, que apenas necesita energía para su elaboración y que durante su vida útil absorbe aporta oxígeno a la atmósfera absorbiendo CO2. Arquima se preocupa de la salud de los usuarios del presente y la de las generaciones futuras usando recursos naturales con bajo impacto sobre el medio ambiente.