La industria de la construcción conforma uno de los sectores con mayor intensidad en el uso de la mano de obra, y a su vez, en los momentos de crecimiento, se convierte en motor de empleo. Sin embargo, sus trabajadores muestran una baja calificación en cuanto a su educación formal si se los compara con otros sectores de la economía.
Una parte importante de los trabajadores que normalmente se consideran como asalariados de la construcción, en realidad estarían desempeñando tareas no propias de la industria (relacionadas con obras de diversos tipos), sino con trabajos de refacciones y ampliaciones en viviendas privadas, que no responden a la lógica de la actividad productiva sectorial. Uno de los problemas derivados de la última crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19 fue la exclusión de una cantidad sustancial de obreros, que no sólo perdieron su trabajo, sino a su vez, vieron dificultada su reinserción en la actividad económica.
Asimismo, muchos jóvenes no tuvieron oportunidad de incorporarse al mercado laboral, ni acceder a la educación. Ambos grupos sociales, ven dificultada ya sea su reinserción o directamente su inserción en el mercado laboral, podrían encontrar en la construcción una actividad en la cual desenvolverse y desarrollarse. En este sentido, la construcción no sólo sería una fuente de empleo para la economía (de las más dinámicas), sino además, cumpliría una importante función social, contribuyendo a la reinserción de los sectores excluidos.
Ahora bien, la posibilidad de fomentar un crecimiento sostenido de la construcción en los próximos años, así como su tendencia a ser intensiva en demanda de trabajadores, conlleva la posibilidad de un escenario de escasez de mano de obra. Se evidencia en términos relativos, que los salarios del sector no se encuentran entre los más altos, lo cual dificulta la posibilidad de competir por trabajadores con otros sectores. De esta forma, la incorporación de nuevos obreros se debiera realizar sobre la base de los desocupados. Cabe destacar que la escasez de mano de obra descripta es de carácter global, dejando de lado análisis más detallados de potencial escasez de técnicos y mano de obra calificada. No debe soslayarse ello, dado que la participación de técnicos y profesionales en el total del empleo es muy baja, especialmente, entre los técnicos.
Trabajador calificado, se busca
Uno de los mayores problemas de la actualidad en la industria de la construcción, radica en la escasez de trabajadores con calificaciones específicas de oficio, no sólo en la construcción, sino en toda la economía. Ello demanda de una política de formación de trabajadores, la cual va más allá de la educación formal e intenta desarrollar conocimientos y habilidades específicos en los diversos oficios presentes en el sector. El análisis del nivel educativo constituye un factor clave para entender cuáles son los requisitos demandados a un potencial trabajador a incorporar a las actividades de la construcción. Ante una alta demanda de obreros, como viene ocurriendo en nuestra industria, es muy diferente la situación de un sector cuya demanda se orienta a personas con niveles básicos de educación, respecto de la de otro sector cuya tarea requiera de personal más calificado. Resulta evidente que el crecimiento de la construcción posibilita la incorporación de ciertos sectores cuyo acceso al mercado laboral tiende a ser más dificultoso en términos de calificaciones requeridas, aspecto trascendental en el combate contra el desempleo.
Es necesario realizar alguna salvedad al respecto, ya que dicha característica distintiva de la construcción va perdiendo énfasis en la actualidad. A diferencia de años atrás, cuando se recurría al trabajo en una obra sin experiencia, hoy es indispensable que los trabajadores permanezcan capacitados en las nuevas tecnologías aplicadas y actualizados en cuanto a las normativas imperantes sobre condiciones y ambiente de trabajo. Los menores requisitos de calificación explican los guarismos de una importante participación de trabajadores con bajos niveles de educación. Esa carencia conforma un factor demostrativo de la elevada, aunque decreciente, participación del empleo informal dentro de la industria de la construcción.