Entreplanosfebrero 10, 2020
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El análisis de las características y particularidades de los espacios y de las superficies que los generan es un buen punto de partida para cualquier intento de racionalizar los costos de un proyecto. Las consideraciones que siguen son aplicables a distintos tipos de proyecto.

La introducción de ajustes a un proyecto mediante la disminución de sus dimensiones en planta, genera una economía proporcionalmente inferior al porcentual de superficie disminuida. Esto sucede porque los distintos rubros que integran una obra participan de diversa forma en el ajuste, por ejemplo:

  • Algunos varían en la misma proporción que la de la superficie afectada, por ejemplo: Contrapisos, carpetas, solados o cielorrasos.
  • Otros varían en menor proporción que la de la superficie afectada, entre ellos: Estructuras, mampostería, revoques, revestimientos, yesería o pintura.
  • Otros pueden variar en porcentajes mínimos, como las instalaciones, o no variar, como los cerramientos, en ambos casos, si no sufren modificaciones de diseño.

A título de muestra y aplicando estos principios a una vivienda unifamiliar se puede comprobar que a una hipotética reducción de superficie del 20% corresponderían solo reducciones de costos de entre el 7,5% y el 8%. Por ello, la disminución de superficies en planta, a veces usada como variable de ajuste para la reducción de costos, solo consigue bajar la calidad del proyecto, sin reducirlos en la proporción esperada. Los espacios, según sus funciones, pueden clasificarse en dos grupos: Los utilitarios, destinados al desarrollo de funciones específicas y los destinados para acceder, desalojar y comunicar los anteriores. Los primeros suelen ser más compactos mientras que las circulaciones presentan, generalmente, una relación área/perímetro desfavorable al tener uno de sus lados mucho más desarrollado respecto del otro. Por lo tanto, la racionalización de las circulaciones encuentra una justificación adicional en su importante gravitación en los costos.

Bajo ciertas hipótesis, los costos de los elementos que conforman espacios en una vivienda colectiva representan entre el 65% y el 70% del costo total de los espacios restantes. Tan alto porcentaje justifica el análisis que figura en los puntos que siguen, referido a la función y posición de dichos elementos y a su condición de interiores o exteriores dentro del edificio.

  • La condición de las superficies horizontales que producen separaciones internas no ofrece demasiadas alternativas y su incidencia en los costos no gravita tanto como se podría suponer. En términos generales, alrededor del 65% del costo de los planos horizontales corresponde a la estructura resistente, que en general no admite demasiadas variantes.
  • Las superficies horizontales de terminaciones, pisos y cielorrasos, ofrecen gran variedad de alternativas de calidades y costos, con una incidencia que puede ser significativa dentro del costo de la obra. Por ello, conviene evaluar variantes para estas terminaciones y sus respectivas estimaciones de costos, con el objeto de facilitar una acertada elección en relación con el costo total de la obra. Reducidas consecuencias económicas tienen, en cambio, las decisiones referidas a las superficies de nivelación: Contrapisos y carpetas.
  • Las superficies y elementos verticales que separan espacios tienen importante incidencia dentro del monto total de la obra. Sus costos dependen, entre otras variables, de la cantidad, y desarrollo de los mismos, especialmente de su altura y de las técnicas y materiales adoptados para su construcción. Los costos de los elementos estructurales, pilares, columnas y tabiques, aumentan en forma creciente con la altura de los locales y de forma acelerada con la altura del edificio. Por estas razones cobra importancia la acertada elección del tipo estructural en función de las alturas proyectadas.

 Fuente: Manual de Ejercicio Profesional del Arquitecto (MEPA)

Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU)

 



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