Alejandramarzo 3, 2021
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Los contaminantes presentes en el aire del interior de un edificio pueden ser de varios tipos. Los contaminantes biológicos están conformados por microorganismos. Cuando esos microorganismos pueden producir daños en el ser humano, hablamos de agentes patógenos.

Los agentes patógenos pueden estar presentes en el aire del interior de un edificio si se dan las condiciones para que se produzcan aerosoles biológicos, partículas suspendidas en el aire que pueden permanecer contaminadas por microorganismos. Si  el ser humano respira estos aerosoles puede sufrir daños causados por esos agentes patógenos. Para explicar la existencia de aerosoles biológicos, debemos considerar tres conceptos habituales cuando se hace referencia a la calidad del aire interior:

  • Reservorio: Medio que cumple con las condiciones idóneas para la supervivencia de un microorganismo.
  • Multiplicador: Medio que favorece la reproducción del microorganismo.
  • Diseminador: Medio el cual actúa como introductor del microorganismo y sus metabolitos en el aire.

 

Producción de patógenos en el interior de edificios

Analizamos, a continuación, la relevancia y efectos de la calidad del aire interior en los edificios.

  • Agentes infecciosos: Las enfermedades infecciosas se transmiten de una forma más sencilla en los ambientes interiores, al ser menor el about:blankvolumen de aire donde se encuentran los microorganismos, existir un mayor contacto directo y permanecer las personas mucho tiempo en ellos. Además, diversas enfermedades contagiosas requieren el contacto directo entre humanos para su transmisión, pero otras muy habituales, como gripe, sarampión, viruela, tuberculosis o algunos resfriados comunes, se transmiten fácilmente por el aire. Si no se toman medidas especiales esos organismos sobreviven tras su paso por el conjunto de los equipos de ventilación. Otras pueden provenir del exterior, del denominado reservorio exterior. Entre estas se encuentran la legionelosis y otras neumonías bacterianas y la mayor parte de las enfermedades debidas a hongos. La legionella sobrevive y se multiplica en torres de refrigeración, humidificadores, cabezales de ducha, o enfriadores evaporativos, que actúan como reservorios y multiplicadores para los microorganismos.

 

  • Antígenos: Un antígeno es toda sustancia que, al penetrar en el ser humano, es capaz de provocar una respuesta inmunitaria específica. Los presentes en el aire pueden causar enfermedades tales como neumonitis hipersensitiva, rinitis alérgica y asma alérgica, lo que denominamos habitualmente alergias. Uno de los más comunes en edificios son los hongos, ya que cualquier superficie sucia puede actuar como foco de reproducción, formándose esporas que quedan expuestas directamente a la corriente de aire y así son dispersadas por todo el edificio. La adecuada ventilación es fundamental para controlar la humedad interior y limitar la presencia de mohos.

 

  • Toxinas: Las toxinas son sustancias segregadas por algunos microorganismos, que pueden producir efectos nocivos en los seres humanos. El más común en los edificios se origina por los mohos. El olor que se produce en zonas con humedad y presencia de mohos es debido a que producen sustancias volátiles con ese olor. Como hemos indicado, la ventilación adecuada es fundamental para limitar la humedad en el interior del edificio, y por lo tanto, la presencia de mohos.

Los sistemas de ventilación y climatización cumplen dos misiones básicas, la primera, suministrar aire fresco en cantidad y calidad suficientes, de modo de garantizar la calidad del aire en el interior del edificio, y en segundo lugar, adaptar las condiciones de temperatura y humedad del aire para conseguir un óptimo confort. Los principales problemas para los humanos ocasionados por agentes biológicos presentes en el aire interior de las viviendas son alergias. Estas se producen normalmente por: Pelo y escamas de la piel de animales domésticos, mohos, ácaros del polvo, infecciones por bacterias o virus. En todos los casos, la ventilación juega un papel primordial para controlar y reducir los citados riesgos de infección. Los sistemas de ventilación permiten controlar y mantener en niveles adecuados las concentraciones de ácaros del polvo y las partículas debidas a animales domésticos, mediante la introducción de aire fresco exterior. En lo concerniente a mohos, aparecen por excesiva humedad, siendo la causa fundamental de una deficiente ventilación en el edificio, especialmente, en las zonas húmedas, como baños o cocinas. Además, los sistemas de ventilación permiten incorporar equipos de filtrado los cuales reducen la entrada de esos elementos en el interior del edificio, mejorando la calidad del aire interior. Es importante remarcar que para contar con los dispositivos descriptos debemos usar instalaciones de doble flujo, donde la entrada y salida de aire se produce mediante conductos. Estos sistemas permiten instalar recuperadores de calor o de energía, integrándose en ese dispositivo los elementos de filtrado y el recuperador de energía. Los sistemas de doble flujo conforman la mejor solución desde un punto de vista de salubridad, costo y confort, permitiendo reducir y controlar la presencia de patógenos en el interior de los edificios.



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