Una forma de carácter efectivo en cuanto a la prevención de accidentes en las obras, es aquella que proporciona el conocimiento y dominio de un determinado oficio, principalmente, cuando el mismo se ha aprendido de una manera técnico-teórica y se han eliminado en él las rutina, las cuales resultan ser tan perjudiciales en la seguridad para el trabajo. A ello colaboran de manera fundamental las escuelas de aprendizaje y de formación profesional, las cuales consiguen la enseñanza de los oficios de una manera más técnica que la obtenida cuando el aprendizaje de los oficios se recibía a través de otro operario, quien tampoco había recibido una cabal formación en escuelas adecuadas. Por otra parte, durante la formación profesional de las citadas instituciones, existe como materia de estudio, la Seguridad e Higiene en el Trabajo, que ayuda al futuro operario desde los primeros pasos de su aprendizaje, a conocer los riesgos verificables en el a desarrollar durante su vida laboral y las maneras adecuadas de evitarlos, tanto en favor suyo como en el de sus compañeros.
Por el Arq. Gustavo Di Costa, editor de la Revista ENTREPLANOS.
Un oficio bien aprendido es sin dudas aquel que puede realizarse durante muchos años sin provocar accidentes. Una obra mal distribuida y desprolija es motivo subyacente de accidentes que resultan de la caída de materiales y colisiones de los obreros entre sí o con la planta y el equipo. El espacio reducido, especialmente en las obras urbanas, es casi siempre el principal factor limitante, al tiempo que un plan de obra pensado para la seguridad y salud de los trabajadores puede parecer difícil de conciliar con la productividad. La planificación adecuada por parte de la Dirección de Obra constituye una parte esencial de la preparación y factor del funcionamiento eficiente de una obra en construcción. Antes de que el trabajo comience es preciso pensar en el “Plan y disposición de la obra”, es decir, la secuencia u orden en que se llevarán a cabo las tareas y los procesos u operaciones especialmente peligrosos; el acceso de los trabajadores a la obra y sus zonas circundantes, toda vez que las rutas deberán encontrarse libres de obstáculos y riesgos, tales como materiales que caen, equipos y vehículos.
La optimización de la seguridad, la salud y las condiciones laborales, depende en primera y última instancia, de la colaboración de personas que trabajan codo a codo, ya sean dirigentes u obreros. Debe impartirse una adecuada capacitación en todos los niveles: Dirección, supervisores y obreros. Quizás, también sea necesario capacitar a los subcontratistas y sus trabajadores en los procedimientos de seguridad de la obra, ya que distintos equipos de obreros especializados pueden afectar su seguridad mutua.
Debe plasmarse un sistema para que la dirección reciba información rápidamente acerca de prácticas inseguras y equipo defectuoso. Las tareas de seguridad y salud deben asignarse, específicamente, a determinadas personas.