Por el Arq. Gustavo Di Costa
Editor de Revista ENTREPLANOS
Aquellos quienes ostentan la decisión e iniciativa para crear una nueva pequeña empresa, son los emprendedores. Se trata de personas con la capacidad de descubrir o identificar algún tipo de oportunidad de negocios, y en base a ello, organizar una serie de recursos con el fin de darle inicio a un proyecto empresarial. Este término proviene del siglo XVIII, en los inicios del capitalismo industrial. El economista anglo-francés Richard Cantillon fue el primero en usarlo, para nombrar a quien “paga un cierto precio para revender un producto a un precio incierto, tomando decisiones acerca de la obtención y el uso de los recursos, y admitiendo el riesgo inherente al emprendimiento”. En ese entonces, no había mayor diferencia entre ser emprendedor, empresario o comerciante. Conformarse como emprendedor no es una tarea fácil, pero también, genera una gran satisfacción permanecer al mando del propio negocio, verlo crecer y hacerse realidad, sumado a poder elegir en qué y cómo trabajar, la forma de administrar el tiempo y la manera de responder a las dificultades, y muchas veces, la satisfacción personal que se recibe, es mucho mayor respecto de la retribución económica.
Como emprendedor es necesario encontrar una oportunidad de emprendimiento, la cual debe ser económicamente atractiva y generar algún producto o servicio atractivo y de valor para el futuro cliente. Ello implica mucho más que tener una buena idea, sino que implica poseer ciertos rasgos en la personalidad que ayuden a esta tarea, como la creatividad, la capacidad de tomar riesgos (económicos, personales y emocionales) y la capacidad de liderazgo.
Cabe destacar un grupo de personas que se caracterizó por contar con gran número de emprendedores, la generación Millenials, que está conformada por aquellos nacidos entre los años 1981 y 2000. Esto se debe a la mayor escolaridad con más altos grados académicos que caracterizan a esta generación, junto con un nivel mucho más alto de endeudamiento y tasa de desempleo en comparación con las generaciones anteriores. Podríamos decir que no cualquiera nació para ser emprendedor, y podemos enumerar ciertas características de la personalidad muy importantes para definir a una persona “emprendedora”:
Capacidad de asumir riesgos: Principalmente, porque al decidir ser emprendedor se está renunciando a la seguridad de un salario mensual fijo. Por otro lado, debe ser capaz de asumir riesgos y superar los retos que el desarrollo de un proyecto pueda generar.
Pasión: Los emprendedores deben conectarse con sus motivaciones personales. Son ésas las que desean convertir en una realidad.
Visión: Un emprendedor debe tener capacidad de proyección a futuro para poder identificar y aprovechar la aparición de oportunidad.
Confianza: La incertidumbre en un emprendimiento suele estar muy presente. Por ello, un emprendedor debe tener confianza en sí mismo y en su visión, ya que a menudo las cosas no saldrán como él las había planificado y en estos momentos es muy fácil poner en duda la viabilidad de nuestra visión.
Perseverancia: La perseverancia es una cualidad innata en todo emprendedor, ya que en muchos casos o quizá en la mayoría, las ganancias no llegan en los primeros meses, sino tiempo después de comenzado el emprendimiento.
Liderazgo: Manifestará la capacidad de incentivar a su equipo de trabajo y contagiarles de su pasión. Será un ejemplo para seguir y un conductor hacia el camino de la realización.
Honestidad: Los emprendedores deben creer lo suficiente en sus sueños, como para no arruinarlos incursionando en prácticas deshonestas, que luego le brinden mala fama al proyecto o le cierren puertas importantes.
Innovación: En un mundo tan cambiante y veloz, los emprendedores deben tener un ojo abierto para lo nuevo, y permanecer alertas a los cambios que se dan en la cultura empresarial, social o política de su incumbencia, las nuevas influencias, las tendencias, etc.
Más allá de la retribución personal, los emprendedores también necesitan generar dinero creando un negocio rentable, que permita recuperar el capital invertido, generar un ingreso por el tiempo aplicado, compensar el riesgo asumido al encarar la iniciativa del proyecto empresarial y recibir un dinero para llegar a fin de mes…