Previo a la ejecución de un proyecto suelen ser necesarios estudios y tareas para completar la información que el arquitecto (en su rol de Director de Obra) o su Comitente, pueden necesitar para iniciar o proseguir con el proyecto, los cuales usualmente, no están comprendidos en los servicios de proyecto y dirección por resultar independientes de ellos y cuyos honorarios deben sumarse a los del encargo original. Algunos pueden ser realizados por el arquitecto, previa autorización y acuerdo de los honorarios con el comitente; otros requieren la participación de distintos profesionales, entre ellos: Amojonamiento del terreno, tarea que requiere la participación de un Agrimensor; estudios de suelos, tarea que requiere la participación de un Ingeniero especializado; estudios de impacto ambiental, los cuales pueden ser desarrollados por arquitectos u otros profesionales. Ciertos análisis pueden ser imprescindibles desde un primer momento, pues de su resultado dependerá la decisión de proseguir o cancelar el proyecto. Otros pueden llevarse a cabo más adelante. Se recomienda informar dichas cuestiones al comitente desde un primer momento sin diferirlas para una posterior ocasión, lo que luego podría originar desacuerdos o conflictos.
Por su parte, los estudios y tareas para evaluar la factibilidad del proyecto tienen por objeto producir y evaluar información necesaria para el proyecto y facilitar al arquitecto -y a su cliente- la toma de decisiones para proceder con el mismo. Estos análisis y tareas suman, entre otros: Estudios para la redacción de un programa de necesidades; estudios de antecedentes históricos y/o constructivos; estudios de mercado, inmobiliarios, técnico-legales, económico-financieros; estudios de impacto ambiental, estudios de pasivo ambiental y estudios del costo de uso y operación del edificio terminado. Los estudios y tareas en relación con el sitio buscan producir y evaluar información para comprobar que las condiciones del terreno o lugar de ejecución de los trabajos sean las apropiadas para satisfacer los requerimientos del programa de necesidades y las normas jurisdiccionales. Estos estudios conforman: Tareas para la selección de terrenos o de construcciones existentes; amojonamiento del lote; planialtimetría del terreno; medición de construcciones existentes en el predio, ejecución de planos; estudio de suelos; inspección de estructuras e instalaciones existentes, recalculo de las mismas y estudios y tareas en relación con muros divisorios, liquidación de medianerías.
Finalmente y en relación con el Estudio Ambiental, creo pertinente reproducir el siguiente texto, el cual constituye una colaboración de la Ing. Civil, Ing. en Higiene y Seguridad Industrial, Master Trainer en PNL y Master en Ambiente Humano, Mónica Vardé: “Siendo el Impacto Ambiental cualquier cambio neto, positivo o negativo, provocado sobre el ambiente, como consecuencia directa o indirecta de acciones que pueden producir alteraciones susceptibles de afectar la salud y la calidad de vida, la capacidad productiva de los recursos naturales y los procesos ecológicos esenciales, es tarea de incumbencia del arquitecto la incorporación, en la etapa de diseño, de la dimensión ambiental. Ello permite hacer previsibles las consecuencias ecológicas y sociales de cualquier proyecto de carácter público o privado, así como determinar la viabilidad y/o conveniencia de su realización en base al análisis de la relación costo/beneficio, devengadas en función de las medidas de mitigación aplicables. El objetivo que debe perseguir el profesional arquitecto, en cumplimiento de sus funciones e incumbencias dentro de la tarea ambiental, radica en contar con la posibilidad de elegir las alternativas más favorables para, de esa manera, compatibilizar el desarrollo con la calidad de vida, en vista al alcance de un crecimiento sustentable, entendiéndose por tal al desarrollo capaz de satisfacer las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras”.
Fuente: MEPA, Manual de Ejercicio Profesional del Arquitecto (CPAU).
Por el Arq. Gustavo Di Costa
Editor de Revista ENTREPLANOS