Tecnología y energía ecológica

Por el Ingeniero electromecánico Diego Delfino – Gerente Técnico de Mehcco SA

 

En la era de la tecnología, conectar a las personas con la “energía verde” comenzó a transformarse en una necesidad. El costo de los servicios, tanto en Europa como en América Latina y la escasez de los recursos naturales, conllevan a evaluar nuevas estrategias para cuidar el bolsillo y el ambiente. La posibilidad de inyectar energía a la red eléctrica y aportar a otros consumidores un recurso ecológico será una tendencia ineludible en los próximos años.

 

Los beneficios de la energía solar y sus funcionalidades cada vez toman mayor relevancia en la ciudadanía. El paso inicial es la toma de conciencia de la finitud de los recursos naturales y la importancia de impulsar inversiones en este aspecto para obtener un mundo más sustentable. Así es como, por ejemplo, en las nuevas construcciones de edificios planean montar instalaciones solares en las terrazas, capaces de abastecer parte de la energía eléctrica de las zonas comunes y disminuir, no solo el consumo sino también, el valor de las expensas al acotar el gasto con la empresa prestadora del servicio.

En el marco doméstico, una de las principales ventajas es que las compañías homologaron el cambio de medidores, por lo tanto, los usuarios pueden tramitar un medidor bidireccional, es decir, que la energía producida y no consumida puede aportarse a la red. De esta forma, la energía generada por paneles solares no se pierde dado que, en el caso hogareño, no se utilizan baterías para almacenamiento. Inicialmente la energía producida va al consumo del hogar, pero, si la casa no se encuentra consumiendo en ese momento, o el consumo es inferior a lo generado, el excedente se traslada a la red. En líneas generales, los picos de consumo se dan a las 18 o 19 horas, cuando la gente regresa a sus hogares y ahí sí, hacen uso de la iluminación, del microondas, de la calefacción, del aire acondicionado…

Sin embargo, el pico de generación de energía solar se registra al mediodía, conformando una curva desde las 7 u 8 de la mañana; y finaliza cuando se va el Sol, entre las 18 o 19 horas, dependiendo claro está de la zona y la época del año. Entonces, cuando efectivamente se concreta el consumo de electricidad se compensa, de alguna manera, con la energía inyectada en las horas de menor consumo y mayor generación.

En este tipo de instalaciones no se acostumbra a formalizar una acumulación en baterías, puesto que ello acarrea otra complejidad, como su mantenimiento o la realización de un análisis para conocer cuándo se debe descargar esa energía almacenada en las baterías. A nivel industrial, cada vez son más las empresas dispuestas a invertir en las mencionadas tecnologías, e incluso, existen casos donde los fines de semana no trabajan, pero dado que los paneles solares siguen en funcionamiento, aprovechan esa energía obtenida para reducir los costos en sus facturas de suministro eléctrico.

 

Matriz Energética Argentina

 

A nivel nacional, la matriz energética muestra un 95% de origen de combustible fósil, motivo por el cual, cabe destacar el hecho de haber obtenido la homologación de los medidores bidireccionales como un verdadero logro más que importante, estableciendo un notable incentivo para que particulares e industrias se animen a llevar a cabo inversiones, no solo para cuidar su bolsillo, sino también, el ambiente. Es importante tener en cuenta que las provincias del centro del país hacia el norte son más convenientes para este tipo de instalaciones, al contar con mayores niveles de radiación solar, y por ende, un importante rendimiento. Aunque parezca una obviedad, además, vale contemplar que cada panel mide dos metros cuadrados y será necesario disponer desde el proyecto del suficiente espacio para llevar a cabo la instalación del sistema.

Dicha instalación es simple y se acopla a la actual sin la necesidad de reformar la instalación eléctrica existente ni adecuar los equipos en funcionamiento. Solo es necesario agregar una entrada más al tablero eléctrico desde donde se aportará la energía generada.

En la actualidad, este tipo de tecnologías en Argentina son importadas (generalmente desde China) y representan un costo de entre U$D 4.000 y U$D 6.000; los cuales incluyen el valor de compra e instalación. Otro valor agregado de estos sistemas destaca que los paneles solares pueden generar energía monofásica, para el consumo domiciliario, o trifásica, como en las instalaciones industriales de importante carga. Además de los paneles, es necesario contar con un equipo capaz de convertir el tipo de energía generada (Corriente Continua) con el tipo de energía demandada en el funcionamiento del hogar (Corriente alterna).

Según diferentes análisis que fueron realizados para amortizar los costos de instalación, el tiempo aproximado de funcionamiento de estos sistemas es de entre 7 y 10 años y los equipos ofrecen una vida útil, según sus fabricantes, de aproximadamente 25 años. El análisis contempla su mantenimiento, el cual resulta ser mínimo.

Como complemento, también se utilizan softwares integrados a los equipos. Los mismos indican un estimado de la energía generada día a día desde una amigable interfaz web capaz de incorporarse como una app a cualquier teléfono inteligente, tablet o verse desde la PC para que los responsables de los servicios dispongan de la posibilidad de controlar la generación y el estado de las instalaciones en todo momento y lugar.

En paralelo, resulta factible optimizar procesos mediante la recolección de datos de cada dispositivo o su análisis, y controlar, mediante la realización de informes, una estrategia de gestión energética eficaz, responsable de simplificar los procesos y actividades de gestión energética y de recursos en cada una de las instalaciones.

Una vez que esta tendencia ecológica se masifique, será cuestión de esperar para ver las primeras inversiones importantes destinadas a desarrollar estas tecnologías a nivel nacional. Estimemos que la Argentina cuenta con las tecnologías para poder hacerlo. Resulta imprescindible estabilizar la situación económica del país y que la demanda interna impulse a los inversores a formalizar una apuesta por las citadas tecnologías, sabiendo que ese dinero será recuperado en el corto y mediano plazo.

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Alejandra



Auspician Entreplanos




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