La empresa Naku Construcciones, en UTE con Altote, es la encargada desde comienzos de 2019, de realizar las tareas para optimizar la eficiencia y el funcionamiento del Arroyo Medrano, el segundo más importante de la Ciudad de Buenos Aires, y con ello evitar que varios barrios porteños se inunden. El entubado existente, antes de la obra, contenía una o más hileras de columnas, que producían interferencias en el flujo de agua. Eso provocaba, en muchos casos, una disminución en la capacidad de conducción.
Para mejorar la eficiencia hidráulica y lograr que el agua escurriera mejor, se están construyendo, a lo largo de más de 4,2 kilómetros –entre General Paz, a la altura de Parque Saavedra, y Cabildo, a la altura García del Río- tabiques longitudinales premoldeados de hormigón armado (de 1000 kg), entre columnas.
Los tabiques están siendo trasladados al pie de cada una de las cámaras de acceso construidas para tal fin, luego se bajan al propio conducto y se desplazan horizontalmente con maquinaria especial. Se colocan en la posición adecuada para, luego con hormigón bombeado desde cada una de las cámaras, completar las columnas y vigas de borde superiores, anclando el conjunto a las viejas estructuras. La obra comenzó a principios de 2019 y se extenderá a lo largo de veinte meses. Durante la ejecución de los primeros trabajos, la empresa constructora verificó que una gran cantidad de basura se acumula ante las columnas, afectando el escurrimiento de las aguas, por lo que parte de las funciones de la constructora consiste, también, en la recolección de dichos residuos.
Esta obra beneficia hoy a vecinos de los barrios porteños de Villa Devoto, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, Belgrano, Núñez y Coghlan, y en forma complementaria a zonas adyacentes a la Ciudad de Buenos Aires, que antes, ante cada lluvia, se veían afectados por los anegamientos de calles y veredas.
De acuerdo a cálculos realizados en la cuenca por la Universidad de La Plata, las mejoras incrementarían entre un 10% y un 20% la capacidad del arroyo Medrano de conducir agua, ayudando, a su vez, a que se junte menos basura. Ambas condiciones son necesarias para que el agua pueda escurrir con mayor velocidad y eficiencia hacia el Río de la Plata.