El cambio climático es indiscutible, así como su impacto en los recursos invaluables pero limitados de nuestro planeta. De hecho, esta es una de las paradojas más apremiantes de nuestro tiempo: ¿Cómo nos esforzamos por el crecimiento industrial y al mismo tiempo somos conscientes del impacto ambiental tradicional de la productividad?
Debemos encontrar el equilibrio correcto. Todos sienten esta urgencia. El mundo está en una vía rápida para consumir los recursos de cuatro Tierras para 2050. Un informe reciente de las Naciones Unidas también advirtió que las emisiones de CO2 deben reducirse casi a la mitad para 2030 para proteger al planeta de las amenazas adicionales del cambio climático Tome nota: son solo 10 breves años.
Sin duda, el momento del cambio es ahora. La fabricación verde, una tendencia industrial emergente con un futuro alcanzable a largo plazo para la sostenibilidad, aborda estos desafíos ambientales a nivel sistémico. Responde al llamado a la acción.
¿Qué es la fabricación ecológica?
En resumen, la fabricación ecológica se trata principalmente de cambiar las prácticas comerciales y de fabricación, así como la mentalidad de las partes interesadas, para mitigar el impacto industrial del cambio climático y otras preocupaciones ambientales. Verde no es una palabra hueca. Hay formas tangibles de impulsar prácticas sostenibles tanto dentro de las instalaciones de fabricación, a través de la cadena de suministro como a través de la base de clientes.
La Cuarta Revolución Industrial y el Internet de las Cosas Industrial (IIOT) presentan nuevas oportunidades para desbloquear innovaciones de procesos para desarrollar materiales sostenibles y respetuosos con el medio ambiente; des-carbonizar energía; aprovechar la innovación digital para hacer más con menos; y extender el ciclo de vida de los bienes dentro de un marco de «cero desperdicios en vertederos».
¿Cuáles son los resultados?
Uso reducido de recursos naturales y energía;
Una huella de carbono más baja en todo el mundo;
Avances tecnológicos que optimizan la eficiencia, la resistencia y la sostenibilidad en todo el ciclo de vida de fabricación, incluida la cadena de suministro; y
La construcción de una base sólida para una economía circular global.
Desarrollar nuevos materiales
Existe un potencial significativo para sustituir materiales con alto contenido de carbono por otros con menos uso de carbono. En el sector de la construcción en general, por ejemplo, es posible utilizar madera o concreto a base de puzolanas en lugar de cemento Portland para mitigar la contaminación. También es posible mejorar los sistemas de procesamiento de materiales. Por ejemplo, además de utilizar materiales electrónicos más ecológicos, como materiales biológicos innovadores, las compañías electrónicas ahora pueden incorporar envases ecológicos. Un ejemplo de ello es el empaque de paja de trigo, que puede generar un ahorro del 40% en energía y una reducción del 90% en el agua requerida para la producción.
Las empresas pueden y deben adoptar el etiquetado ecológico para que los consumidores y usuarios finales sepan cuál es su posición. En el caso de Schneider Electric, utilizamos una etiqueta y herramienta ecológica para garantizar la transparencia en el cumplimiento normativo, los perfiles medioambientales del producto y las instrucciones de finalización de la vida útil del producto. Y en los próximos años en los segmentos de fabricación, busque los avances de blockchain para mejorar la trazabilidad ecológica.
Des-carbonizar la energía
La gran recompensa de una postura de fabricación ecológica es el ahorro de energía. Aquí, los beneficios ambientales y comerciales van de la mano. Vemos un futuro brillante para la des-carbonización de la energía. El último informe de la Comisión de Transiciones Energéticas (ETC, por sus siglas en inglés) «Misión posible» declara que alcanzar emisiones netas de CO2 a mediados de siglo es una visión muy real. Este objetivo puede lograrse en gran medida mediante la des-carbonización de la energía y la electrificación de los procesos. El costo de la des-carbonización también se puede reducir significativamente al restringir el crecimiento de la demanda de transporte intensivo en carbono (a través de una mayor eficiencia logística y cambio modal).
Con la innovación de procesos digitalizados, incluso las industrias que demandan energía, como la producción de concreto, pueden impulsar prácticas más eficientes y amigables con el clima. China National Building Materials Group es un modelo en este sentido, reduciendo el uso de energía en un 10 por ciento.
Entregar innovación digital
Gracias a la tecnología IIoT y al desarrollo de dispositivos inteligentes conectados, los fabricantes pueden priorizar proyectos de eficiencia de recursos junto con objetivos de productividad. Los activos conectados a lo largo de una instalación pueden proporcionar información sobre el uso de energía en tiempo real e histórico, lo que permite a las empresas industriales optimizar la energía y los recursos desde una perspectiva final. Y cuando la energía se encuentra entre los principales gastos de una empresa, esta visión es crítica.
Producir materiales de alto rendimiento en las plantas de Saint-Gobain, por ejemplo, requiere grandes cantidades de energía. A través de la innovación digital, Saint-Gobain tiene un objetivo realista de frenar el uso de energía y, a su vez, reducir las emisiones de carbono en un 20 por ciento para 2025. El crecimiento sostenible es posible.
Para hacer nuestra parte en el panorama de los recursos globales, Schneider Electric implementa soluciones a lo largo del ciclo de vida de nuestros propios productos para mejorar el uso y extender su vida útil. El programa Smart Factory de Schneider aplica nuestras propias soluciones EcoStruxure ™ en toda nuestra cadena de suministro global para impulsar la eficiencia tanto operativa como energética. Estas ofertas también nos permiten cuantificar las emisiones de CO2 de nuestros clientes para reducir aún más las emisiones globales. Nuestro objetivo es evitar la emisión de 100 millones de toneladas de emisiones de CO2 entre 2018-2020.
Liderar una economía circular
Pero no se confunda: la fabricación ecológica se trata de algo más que aprovechar la producción de materiales de alta tecnología y presionar por prácticas de eficiencia energética. Requiere un cambio fundamental en el viaje de mercancías. Sabemos que el viaje de fabricación tradicional es lineal: un camino directo desde la cuna hasta el vertedero en el que se fabrican, usan y tiran productos. A veces, ni siquiera se llevan al mercado. Es hora de remodelar el status quo.
El viaje de fabricación verde, por el contrario, es circular. Va más allá del enfoque 3R de «reducir, reutilizar, reciclar» hacia un enfoque 5R: «reparar, reutilizar, restaurar, re-fabricar y reciclar», lo que impulsa un uso optimizado de los recursos y una vida útil más larga de los productos. Lograr «cero desperdicio en el vertedero» es posible.
Schneider se ha comprometido a recuperar el 100 por ciento de nuestros desechos industriales en nuestros 200 sitios de fabricación para 2030. Además de los beneficios ambientales, nuestros modelos de negocio circulares también han dado como resultado ingresos circulares del 12 por ciento y un crecimiento continuo. Y Whirlpool, un fabricante mundial de electrodomésticos, tiene como objetivo lograr un ahorro de tres años de $ 1 millón a través de prácticas de reciclaje mejoradas.
Colaborando por el bien de la mayoría
Cuando se trata de hacer un cambio significativo, todos estamos en eso juntos. Un enfoque empresarial extendido es esencial. Podemos mirar a Shanghái como modelo aquí. Además de las empresas, Shanghái está reuniendo a las partes interesadas gubernamentales y educativas para avanzar en la fabricación ecológica como una prioridad municipal.
Shanghái está buscando una combinación estratégica de inversiones en I + D, asociaciones con universidades, colaboraciones de empresas locales y multinacionales y centros de innovación para establecer objetivos de sostenibilidad ardientes y, lo que es más importante, tomar medidas de colaboración para alcanzarlos. Shanghái también ofrece un profundo grupo de talentos, compromiso municipal con el crecimiento sostenible, infraestructura pública y privada para los ecosistemas de innovación, y una base sólida para desarrollar la excelencia de fabricación sostenible de la próxima era. Estas medidas han transformado rápidamente la ciudad en un centro de fabricación ecológica que todos podemos considerar como modelo.
Adaptándose para el futuro
Permítanme ser claro: la fabricación ecológica es simplemente un buen negocio. Ofrece avances revolucionarios en productividad y eficiencia sin los inconvenientes de los residuos o la contaminación. El crecimiento económico puede y debe estar desacoplado de la degradación ambiental. El verdadero poder de la fabricación sostenible se revelará cuando toda la industria comience a separarse una de la otra, acelerando así el planeta hacia una realidad baja en carbono. Esta misión verde es posible.
La elección de materiales eficientes energéticamente a la hora de emprender una obra o desarrollo inmobiliario, toma cada vez más relevancia.
Es el caso del nuevo proyecto de IDERO Arquitectura. Espacio Añelo, en la provincia de Neuquén, un exclusivo edificio que contará con altos estándares de sustentabilidad según certificaciones de EDGE (Excellent in Design for Greater Efficiencies), una norma universal y un sistema de certificación de construcción sustentable a nivel internacional, que posibilita que sea más rápido, más fácil y más asequible construir y promover la construcción de edificios sustentables, que deberán cumplir con al menos un ahorro en los 3 rubros que solicita la certificación: 20% menos de consumo de energía, 20% menos de consumo de agua y 20% menos energía incorporada en los materiales.
Espacio Añelo es un complejo habitacional de 2600m2 de planta, donde se construirán 5 edificios, con 60 unidades habitacionales (PB + 5 pisos) departamentos de uno, dos y tres ambientes, ubicado en un terreno privilegiado en la unión de las rutas 7 y 17, en la localidad de Añelo.
Para este proyecto se utilizará un método de construcción muy novedoso, llevando a obra columnas de acero, losas prefabricadas enteras con sus instalaciones, muros exteriores armados completos y paneles sanitarios. La construcción será industrializada en sus componentes, con una estructura principal de perfiles de alma llena de acero, paneles exteriores en Steel Framing, aislación térmica, entrepisos secos y sistema EIFS con aislación exterior.
Espacio Añelo es un proyecto innovador, sustentable y que contará con la máxima tecnología para equipar los departamentos. En este sentido Idero Arquitectura eligió utilizar las aberturas de PVC de TECNOPERFILES, las más eficientes energéticamente que se encuentran en el mercado. Este proyecto particularmente, contará con el sistema corredizo de la Línea Prime y paños fijos 58-69 de la Línea Newen, debido a sus cualidades técnicas, para brindar la mayor hermeticidad, resistencia, aislación termoacústica, diseño y confort para sus habitantes
La Línea Prime de TECNOPERFILES es apta para 2,3,4 y 6 hojas móviles, con sistema de herrajes standard, permitiendo acristalar vidrios simples y dobles hasta 24 mm de espesor. Una solución técnica que brinda la marca, muy necesaria en climas extremos donde se suceden bajas temperaturas, fuertes vientos, y nevadas.
A su vez cuenta con guías de aluminio, un nuevo sistema de desagüe oculto y un sistema de encuentros. La Línea Prime y la Línea Newen ofrecen un gran aislamiento térmico y acústico, con un bajo mantenimiento y una vida útil superior a 50 años.
La Criolla es una pequeña comuna de poco más de 2.300 habitantes, ubicada a 185 kilómetros al norte de la capital de la provincia de Santa Fe, Argentina. En función de un fondo para obras menores que la comuna recibía anualmente, se presenta un proyecto para la primera etapa de refuncionalización de un galpón del ferrocarril como centro y espacio de producción cultural. El programa solicitado incorporaba un sector de ensayo/exposiciones, una sala/auditorio para 100 espectadores, un taller para montaje/escenografías, un sector de apoyatura con camarín y un núcleo sanitario que debía servir también a los espacios públicos adyacentes.
Sospechamos, por otros encargos que el Estudio llevó a cabo con anterioridad en ciudades y poblados de similares características, en distintos puntos de la ruta 11, la existencia de un elevado desarrollo del oficio artesanal local. Producto quizás, de la demora en la aparición de los procesos de industrialización, y de su estrecha relación de producción con el ámbito rural y ferroviario que, en función de la optimización de los recursos disponibles, impone criteriosamente el reciclaje y la re-utilización perpetua de las herramientas e infraestructuras pre-existentes.
Ello determina la subsistencia de procedimientos fuertemente arraigados, portadores de saberes técnicos de enorme valor para la comunidad, evidenciados en la secuencia de hornos para el carbón y el ladrillo cerámico a la vera de la ruta, y en la prosperidad del trabajo del torno, la herrería y carpintería en clave artesanal. Dada las limitaciones presupuestarias y las condiciones productivas enunciadas, se optó por restringir la diversidad de rubros y gremios de obra, concentrando los recursos en la ejecución de dos operaciones fundamentales. Por un lado, una suerte de mobiliario de madera habitable, ejecutado por el equipo de trabajo del carpintero de la comunidad, cuya materialización replica en escala los procedimientos de montaje de los muebles de bastidor y enchapado, cuyo auge en nuestro país data de la década del ´80.
Su disposición, abrazando la sala-auditorio, permite definir claramente la distribución del programa en una nueva condición interior, conteniendo el núcleo sanitario y los camarines, más una planta alta delegada como aula/taller, o eventualmente, haciendo las veces de auditorio para incrementar la capacidad de la sala. En el espacio remanente, en el “entre”, se desarrollan los programas de mayor afluencia de público, la sala de ensayo/exposiciones y la sala/auditorio propiamente dicha. Por otro lado, un mecanismo para definir el ingreso, para plegarlo. Una máquina “transparente”, un artilugio con reminiscencias de infraestructura ferroviaria. Aquellas que acompañan las vías, y en base a su simpleza, exponen su funcionamiento y lo hacen evidente. Su resolución sería llevada a cabo por el herrero de la comunidad, tarea que alternará en sus tiempos libres con la fabricación de modelos a escala de vehículos y maquinaria agrícola, los cuales orgullosamente, fueran expuestos en las estanterías de su taller.
A tono con lo que ocurre en otras actividades, esta industria también se enfoca cada vez más en adoptar prácticas para el cuidado del medioambiente, respaldadas por leyes y certificaciones que lo facilitan.
El concepto de sustentabilidad está cada vez más presente en nuestras vidas, de una manera mucho más abarcativa y consciente respecto de décadas anteriores. La temática está puesta en la agenda social, dada la preocupación por la degradación del medio ambiente, y el agotamiento o “lenta” renovación de nuestros recursos naturales, analizando las condiciones del espacio que habitamos.
En este marco, la industria de la construcción es la tercera con mayor impacto nocivo en el medio ambiente, siendo una de las principales generadoras de emisiones de CO2. Su implicancia no debe aplicarse solo a los procesos de extracción, fabricación,transporte, puesta en obra, y las energías necesarias y consumidas. Sino que, también, debe tenerse en cuenta que la obra estará implantada en un lugar, en un entorno natural, y que las personas convivirán interactuando en él.
Por el lado de las empresas, muchas de ellas ya están tomando nota de esta necesidad de modificar la manera de producir y pensar en una estructura de triple impacto: social, económico y ambiental.
Desde los profesionales y las desarrolladoras, se busca comprender las respuestas que debe brindar nuestra intervención, de manera más eficiente en el espacio natural. Cuanto más podamos aplicar y ampliar en nuestras actividades el término “sustentable”, mejores serán los resultados.
En cuanto a las herramientas con las que contamos para asegurarnos la sustentabilidad en la construcción, vale destacar que existen leyes y ordenanzas; desde el nivel municipal hasta el nacional, para incentivarlo. Por ejemplo, en elterritorio bonaerense, aplica la Ley 13.059, la cual exige el cumplimiento obligatorio de las normas IRAM, que regulan las pérdidas energéticas y la contaminación ambiental.
De la mano con esta herramienta, se está apuntando a un proyecto de ley nacional para que cada construcción tenga un etiquetado de eficiencia energética. Este documento nos permite conocer la eficiencia y requerimientos, para poder abastecer a nuestro hogar de calefacción en invierno, refrigeración en verano, calentamiento de agua sanitaria e iluminación.
Eficiencia energética
Este etiquetado energético de viviendas, similar al de los electrodomésticos, tiene como una de sus finalidades el informar al usuario y al Estado sobre las prestaciones energéticas de las viviendas, y poder compararlas con un criterio unificado. Y así poder construir una línea de base que sirva para desarrollar políticas públicas y mecanismos de incentivos, que apuntan a la sustentabilidad. Hoy, cada jurisdicción puede decidir, mediante normas provinciales o municipales, si desea exigir el etiquetado energético en determinadas circunstancias.
Mejorar el impacto ambiental
Existen además distintas certificaciones con validez internacional, que tienen como objetivo el empleo de estrategias que permitan una mejora en el impacto medioambiental a nivel global por parte de esta industria, desarrollando construcciones centradas en la alta eficiencia energética y el bienestar de las personas.
Entre las más reconocidas y validadas a nivel mundial, están las Certificaciones LEED, cuyo término significa Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental. Dicha certificación, en términos generales, es un sistema de puntuación basado en estándares científicos, que premian el empleo de estrategias sustentables.
Dentro de las líneas que son consideradas, podemos mencionar la ubicación y transporte, sitios sostenibles, el uso eficiente del agua, energía y atmósfera, materiales y recursos, calidad ambiental interior, innovación en el diseño y prioridad regional.
Al contar con estas certificaciones, no solo nos aseguramos construir de manera sustentable, sino que además permiten reducir costos operativos y de logística, disminuir consumos energéticos y de agua, y generar espacios más sanos y seguros para sus ocupantes, entre muchos otros beneficios.
El proceso de certificación se realiza por medio de consultoras especializadasen la temática, que asesoran en los proyectos y acompañan en todas las etapas. Aunque no son certificadores, ya que el único organismo habilitado para otorgarlas es el Consejo de la Construcción Verde (USGBC), de los Estados Unidos.
Por último, cabe mencionar que las estrategias de diseño y construcción sustentables deben ser consideradas desde la etapa inicial del proyecto, en participación conjunta con todas las personas involucradas, incluyendopropietarios, arquitectos, ingenieros, paisajistas, constructores, y vecinos inmediatos.
Por Julio Quel, ingeniero Industrial y cofundador de Capp
La construcción de casas ha cambiado drásticamente en los últimos años, nuevas tendencias, mejores accesos a tecnologías y, sobre todo, métodos de construcción como la tecnología modular y las casas prefabricadas, que hoy figuran entre las decisiones predominantes de las familias que buscan renovar o construir un nuevo hogar.
No sólo por el precio, una de las principales ventajas de elegir y comprar casas prefabricadas a través de sitios que se encarguen de realizar comparativas entre empresas y modelos ofrecidos, es precisamente que el precio puede ser sensiblemente inferior al de una construcción convencional. Aunque la mayoría de las veces, los proyectos y las familias que se interesan por ellos, no ven en el ahorro de costes la principal razón para decidirse por estos sistemas de construcción.
¿Por qué conviene elegir una casa prefabricada?
Tiempo de ejecución del proyecto: mientras la construcción de una casa convencional puede durar entre 7 y 12 meses para ser construida -dependiendo siempre de las dimensiones y particularidades del diseño-, una casa prefabricada se puede realizar dentro de la fábrica de la empresa contratada para luego sólo tener que ensamblar la misma en el lugar que hayas dispuesto para ello. Según las estimaciones de profesionales del sector, la misma casa que duraría 7 meses en ser construida, utilizando la tecnología modular y prefabricada no tomaría más de 4 semanas.
Cuidado del medio ambiente: las empresas que fabrican casas prefabricadas cumplen estándares ambientales muy altos, y todos sus materiales provienen de inversión segura en materia medioambiental. Pero además, gracias a ser un proceso medido y altamente tecnificado, permite ahorrar una gran cantidad de material producto de la eficiencia tecnológica que se realiza durante el proceso de diseño, corte y ensamblado. No genera residuos ni utiliza gran cantidad de agua, como sí sucedería con una construcción tradicional.
Durabilidad y diseño: al ser un proceso altamente tecnológico, los resultados son espectaculares en materia de durabilidad, no existen fallos en la construcción ni en el proceso de armado, y eso brinda seguridad a las familias. Además, gracias a la misma situación de avance en el uso de tecnologías, las posibilidades de diseño, expansión y combinación de estilos son mucho más elevadas, disponibles para cualquier persona y sin que el precio varíe demasiado.
¿Cómo encontrar un modelo adecuado?
Si estás interesado en casas modulares o prefabricadas, es bastante probable que no sea la primera vez que hayas estado buscando información sobre empresas y modelos. Sabrás entonces lo complicado que puede ser encontrar tu casa ideal.
Es por ello que existen sitios como Casalium, un sitio que podría denominarse el mayor catálogo de fabricantes y modelos de casas prefabricadas, incluyendo información sobre las medidas de cada proyecto, sus precios actualizados, información sobre las empresas y hasta filtros para encontrar tu casa ideal de acuerdo a criterios como los materiales utilizados -madera, hormigón, metal, otros-, el estilo -tradicional, rústico, moderno- y con todo el contenido en imágenes y vídeos que necesites para conocer completamente cómo sería tu hogar ideal.
Una vez conocidas las razones para elegir un proyecto prefabricado, gracias a sitios como el indicado, será posible encontrar a la empresa ideal para que lleve a cabo la construcción del hogar prefabricado que se desee. De esta manera perderás muy poco tiempo en la realización de la búsqueda de un modelo de casa que vaya de acuerdo a tus necesidades, pero también te asegurarás de estar en manos de una empresa confiable y que ya habrá sido incluida en Casalium, por su calidad y la confianza en proyectos anteriores.
Las casas prefabricadas representan un ahorro de costes y de tiempo para las personas interesadas. De esta forma podrán tener el hogar de sus sueños por menos precio del que imaginan y en menos tiempo del que puedan contar, pero además de ello, será posible disponer de variedad de estilos, personalizaciones absolutas en el diseño de acuerdo a gustos o necesidades, y un gran abanico de empresas dispuestas a hacer realidad ese sueño de un hogar moderno y funcional.
Desde hace años me dedico al desarrollo de edificios residenciales en los cuales la sustentabilidad tiene un rol primordial a la hora de diseñarlos. En este tiempo he aprendido que la misma debe abarcar tres facetas: la relación con la naturaleza, el aprovechamiento de la tecnología y los sistemas constructivos para reducir el consumo de energía y la generación de un impacto social y cultural positivo en la comunidad.
En lo que respecta al primer punto, sin dudas las áreas verdes son y serán el centro del estilo de vida que promueve la Arquitectura sustentable, pero es indispensable que la vegetación se incluya de forma consciente. Al diseñar estos espacios se debe tener en cuenta su funcionalidad y aprovechar sus características naturales como: aislamiento, regulación de la humedad, y control de la contaminación acústica y polución ambiental. Asimismo, es relevante promover un vínculo entre las personas y la naturaleza incluyendo huertas o espacios de compostaje.
En cuanto a las cuestiones eminentemente técnicas, las posibilidades son infinitas. Lo primordial es elegir correctamente el equipamiento: sistemas de climatización que permitan ahorrar energía, paneles solares, y materiales, aberturas, vidrios y cerramientos con capacidad de aislamiento térmico.
También tenemos los recursos que nos ofrece la Domótica, a través de los cuales es posible controlar diversos aspectos para optimizar el consumo eléctrico: apagado de luces, horarios para la abertura de persianas y así aprovechar el ingreso de la luz solar, etc.
Existen, además, sistemas de gestión de edificios que permiten centralizar todos los datos del funcionamiento del mismo. Esta tecnología brinda la posibilidad de conocer el consumo de energía y agua, alertar cuando quedan luces o aires acondicionados encendidos y realizar diagnósticos periódicos para llevar adelante acciones que acrecienten el ahorro de energía.
Por último, debemos abordar la faceta “socio-cultural” de la sustentabilidad, que se expresa en la obligación que tenemos los desarrolladores como actores sociales de promover la concientización y crear espacios para incentivar prácticas amigables con nuestro entorno: disponer de estacionamientos para bicicletas, terminales de carga para vehículos eléctricos y áreas que permitan la separación de residuos. Asimismo, consideramos dentro de este espectro la responsabilidad de impulsar programas que impacten de manera positiva en la comunidad de los lugares donde se ubican nuestros proyectos, ya sea colaborando en un sentido ambiental o agregando valor con iniciativas que promuevan el arte y la cultura en el barrio de influencia.
La sustentabilidad es un cambio en la forma en la que vivimos, que interpela a todas las facetas de nuestra actividad, y como arquitectos, nos obliga a pensar y diseñar espacios que inviten a una vida, no solo más confortable, sino también más consciente.
La cuarentena expuso la necesidad de rehabitar los espacios del hogar y de utilizar materiales sustentables, duraderos y accesibles.
Después de superar los 200 días de cuarentena, no sólo cambiaron las formas del consumo, sino que también las personas comenzaron a darle más tiempo y dedicación a sus hogares y las prioridades y los conocimientos cambiaron radicalmente a la hora de buscar una nueva casa.
Martín Mom, CEO en Sudamérica de Rehau, empresa especializada en polímeros y energías renovables, aseguró que el consumidor final es mucho más consciente y activo a la hora de buscar un inmueble.
Por su parte, Facundo Garófalo, ingeniero y gerente de proyectos en De Stefano 1913, agregó que, antes, ellos tenían un rol mucho más fuerte a la hora de asesorar, mientras que ahora “el cliente ya sabe qué es”.
“La pandemia trajo un manto de igualdad”, explicó Garófalo, para quien el mercado argentino ahora está en el mismo nivel que el de Europa y Estados Unidos, que solían ser más avanzados.
Y admitió que es un gran desafío “durante la primera fase, la pandemia puso un freno, pero hace un mes que se está reactivando un poco y hay más consultas”, dijo.
Para Mom, la reactivación fue a todo vapor ya que “las personas quieren saber de qué se trata esto de las energías renovables y cómo lo pueden llevar a sus casas, tanto para ahorrar cómo para ser sustentables”, explicó.
Además, aseguró que los desarrolladores también son más conscientes en el uso de los materiales, pero el consumidor final es todavía más experto; “quieren que su vivienda sea agradable y cálida”, dijo.
En tanto, la arquitecta Tatiana Bilbao aseguró que toda arquitectura debería ser sustentable y que la sociedad debe ser responsable con el entorno social y también con el ambiente; “la arquitectura debe responder a su entorno, a su tiempo y a su contexto”, explicó.
“La pandemia nos expuso a todas las carencias que veníamos cargando, ojalá que nos hayamos dado cuenta de la importancia de los espacios en los que habitamos”, dijo.
Además, aseguró que un espacio puede ser sustentable, pero igual discriminar porque no es adecuado para personas que viven en él.
“Hay dos ambientes que resaltan: la cocina, que deja de ser un área solamente funcional y pasa a ser un espacio de sociabilización, y el baño, donde las personas logran encontrar intimidad”, explicó Garófalo.
Con respecto a los materiales de construcción, Bilbao aseguró que se deben utilizar los elementos que son inmediatos y accesibles al lugar.
“Espero que se construya más responsablemente, hay que invertir en espacios que respondan al número económico y que sea un lugar al que las personas puedan llamarlo vivienda”, concluyó.
Durante algunas de mis clases donde estudiamos nuevos sistemas constructivos, los estudiantes no pueden reprimir la siguiente pregunta:
Estudiante: -Ese sistema es muy interesante, ¿pero cuál es su costo?
Una rápida respuesta sería -en la mayoría de los casos-: “Este sistema constructivo tiene un costo superior/inferior respecto a su símil dentro de los restantes sistemas constructivos”.
Pongamos un ejemplo: Un tabique realizado con construcción de placa de roca de yeso será un tanto más costoso que uno realizado en mampostería cerámica. Pero esa respuesta sería incorrecta. O al menos, incompleta
¿Por qué razón?
Porque los estudiantes comparan los recursos de producción involucrados y nada más.
Obvian valores sumamente importantes como el costo de la mano de obra -reducida notablemente en la materialización de los sistemas secos- y por ende, los gastos indirectos de la empresa constructora, seguros, y otras remuneraciones que perforan el bolsillo (o la billetera) del comitente.
Estimar la relación costo/beneficio se vuelve en un preciado valor a la hora de definir un detalle constructivo. Deseo sumar aquí un nuevo valor: El Costo Ambiental.
El costo inicial de un edificio energéticamente eficiente es sustancialmente superior respecto de aquél donde prima el beneficio económico de construir y vender, porque quien lo materializa no paga los costos de operación a lo largo de su vida útil (estimados, en promedio, en unos 70 años).
Una envolvente eficiente priorizará la iluminación, climatización y ventilación natural con una mínima intervención de instalaciones mecánicas para tal fin, así como el uso de sistemas pasivos que no requieran del consumo de energía para su operación. Se puede incluir el uso de instalaciones operadas con energías renovables (solar, eólica, etc.), si su costo así lo justifica. El valor económico de la energía debería ser considerada como una parte más del ciclo de vida del edificio, ya que no todas las tecnologías son equivalentes ni provocan los mismos efectos ambientales, si se tienen en cuenta los costos externos.
Los costos de construcción del edificio tendrían una incidencia directa en el precio de adquisición del mismo, pero cierto es que se verían compensados por el ahorro verificado en los costos de operación y mantenimiento.
Esto es: “Lo inicialmente barato puede resultar carísimo a futuro”. Nuevamente apelamos a la inmejorable relación costo/beneficio que es potestad del cliente conocer y obligación ética del profesional informar.
La categorización podría transformarse en un atractivo para el comprador del inmueble, favoreciendo el uso de esas tecnologías por parte del constructor.
Los costos de operación y mantenimiento de un edificio eficiente representan un ahorro para aquél encargado de abonar por dichos servicios, pero que no necesariamente es el propietario, por ende, deberían arbitrarse los mecanismos para que el beneficio también alcance a éste.
La construcción sustentable es una estrategia integral utilizada para la minimización del impacto ambiental de las construcciones en todas las fases de su ciclo de vida con el fin de mejorar la calidad de vida de los usuarios, reducir los consumos de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Conductivdad térmica, resistencia térmica y transmitancia térmica de los materiales son términos que están vinculados con la construcción sustentable.
“La conductividad térmica es una propiedad intrínseca de los materiales que mide su capacidad de conducción del calor. Es decir, cuan fácil es el paso de calor a través de ellos. Los materiales con menor valor de conductividad térmica son más aislantes”, afirmó María Belén Salvetti, arquitecta del Grupo UNICER.
En los últimos años la industria ladrillera ha invertido en I+D. Se han mejorado los procesos y la materia prima, alcanzando valores más bajos de conductividad térmica para la masa cerámica que conforma los ladrillos.
“Por su parte, la resistencia térmica de un material representa la capacidad del material de oponerse al flujo de calor. En el caso de materiales homogéneos es la razón entre el espesor y la conductividad térmica del material”, sostuvo Salvetti.
En el caso de ladrillos cerámicos huecos, la resistencia térmica está dada por la sucesión de cámaras de aire y la conductividad térmica de la masa cerámica que los compone.
La Arquitecta Salvetti explica que la resistencia térmica total (RT) de un elemento constructivo es la suma de las resistencias térmicas superficiales y la resistencia térmica de las diferentes capas que lo componen (revoques, materiales aislantes, cámaras de aire, mampuestos, etc).
Los ladrillos termoeficientes ofrecen una gran resistencia térmica sin necesidad de incorporar aislación térmica adicional.
Y por último tenemos a la transmitancia térmica que es la cantidad de calor que fluye por unidad de tiempo y superficie a través de un elemento constructivo, cuando hay un gradiente de temperatura entre dos ambientes.
Desde hace unos años cuidar, el planeta se ha convertido en una obligación y necesidad para todos. Los efectos del cambio climático se hacen notar cada vez más en nuestro entorno: temperaturas más altas, sequías, lluvias torrenciales son solo algunas de los avisos que la Tierra está lanzando.
En este deterioro del medioambiente contribuimos todos. En el caso de nuestro sector, el de la construcción, actualmente nuestra actividad cuenta con un alto porcentaje de consumo de energía y de agua; produce un volumen importante de emisiones de efecto invernadero; y genera una alta cantidad de residuos. A ello hay que sumar los efectos negativos derivados de la extracción de materias primas, lo que nos sitúa en una situación delicada respecto al cuidado del planeta.
Por este motivo, es de gran importancia que todos los eslabones que integramos este sector, de alguna manera u otra, adquiramos un compromiso real con el medio ambiente, realizando esfuerzos reales para reducir el impacto de nuestra actividad. Conjugar construcción y sostenibilidad debe ser una realidad para las empresas. Y si todos ponemos de nuestra parte, alcanzar este objetivo no será tan difícil.
Al contrario de lo que pueda parecer, suele ser en épocas de crisis cuando las empresas potencian su creatividad e innovación con el objetivo de diferenciarse en el mercado y buscar nuevas vías de negocio. Este es el caso de nuestra empresa. Cement Design nació en el año 2008, cuando la crisis de la construcción comenzaba a dar los primeros coletazos. Nosotros decidimos apostar por la innovación y especializarnos en un producto concreto, los revestimientos de cemento decorativo. Gracias a ello, hemos podido desarrollar un producto versátil, con infinitas posibilidades en el sector de la decoración y, además, respetuoso con el medioambiente. Pero la sostenibilidad para una empresa no debe estar únicamente en el producto final. También debemos incorporarla a los procesos de producción, a los medios de transporte y al mantenimiento final del producto.
Este camino no debemos emprenderlo sólo las empresas. Es muy importante que sector público y privado vayamos en una misma dirección. Para ello es necesaria, por un lado, una legislación que regule los niveles de contaminación en todos los sectores. Y, por otro lado, el apoyo a la investigación y desarrollo. Entendemos que estos son momentos complicados con una crisis económica de unas dimensiones que nunca nos llegamos a imaginar. Pero si algo hemos repetido durante estos meses, cuando la pandemia nos azotaba duramente, era la importancia de invertir en la ciencia e investigación. Y no solo en el ámbito sanitario. Contar en nuestro país con una industria consolidada nos permitiría tener una mayor capacidad de reacción para poder hacer frente a problemáticas como la falta de material que vivimos durante los meses más duros de la crisis sanitaria.
Vivimos en mundo globalizado, las barreras entre países a la hora de establecer relaciones empresariales han desaparecido. Esto es, sin duda, algo muy positivo ya que nos permite expandir nuestros negocios a nivel internacional. No obstante, también es importante que a nivel nacional contemos con una industria consolidada y sólida, que potenciemos y apostemos por la innovación e investigación en todos los sectores. Con ello, podremos encontrar nuevas técnicas y tecnologías que nos permitan alcanzar una industria más respetuosa con el medio ambiente.